Disfruta en Sicilia de una aventura natural y cultural en el Valle de los Templos, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997. Visita uno de los parques arqueológicos más fascinantes del mundo, equívocamente llamado «valle», con un conjunto de templos griegos situados en la cima de las montañas. Viaja por mar a Agrigento, la ciudad más cercana, situada a 3,2 km, y admira sus ruinas antiguas con la ciudad como telón de fondo, lo que conforma una de las vistas más espectaculares de Europa.
Esta extensa zona arqueológica abarca un total de 1.200 hectáreas con 8 templos de estilo dórico, una necrópolis medieval, santuarios, tumbas y un campo olímpico. La ciudad, presuntamente fundada en el 582 a.C., ganó en prosperidad y se convirtió en una de las ciudades griegas más importantes y avanzadas del Mediterráneo. Lleva tus botas contigo y reserva al menos 3 horas de tu tiempo para explorar las dos secciones en las que está dividida el parque: la zona oriental y la zona occidental.
Aparca en uno de los dos aparcamientos disponibles, cerca de las taquillas de Porta Quinta-Sant’Anna, en Contrada Sant’Anna, en la Via Caduti di Marzabotto, o cerca de las taquillas del Templo de Juno, en la Via Panoramica Valle dei Templi. El parque abre sus puertas todos los días a las 8:30 y cierra a las 19:00. Si deseas conocer el parque en profundidad, reserva una entrada con guía incluida, participa en una visita con audioguía o disfruta de una visita en grupo o una experiencia privada. No olvides llevar una botella de agua y crema de protección solar, especialmente durante los meses de verano. Además, de julio a septiembre se ofrece la oportunidad de acceder al complejo durante el horario extendido, de 19:00 a 23:00, para ver la iluminación de los monumentos bajo el cielo estrellado.
Empieza el recorrido en la zona oriental del Valle de los Templos, donde encontrarás los monumentos mejor conservados y más impresionantes del complejo, como 3 templos del siglo VI a.C. El templo A, también conocido como Templo de Heracles, es el más antiguo y originalmente estaba presidido por una estatua de bronce dedicada a Hércules. En la actualidad, solo se conservan 8 de las 38 columnas originales, que han sido destruidas por guerras y desastres naturales.
Continúa el recorrido en dirección oeste a través de unos olivos con más de 800 años de antigüedad y cruza las tumbas bizantinas que hay junto al siguiente templo, el Templo de la Concordia, también conocido como templo F. Esta estructura monumental, la estrella del complejo arqueológico, data del año 430 a.C. y se ha conservado prácticamente intacta hasta nuestros días debido a su transformación en iglesia cristiana dedicada a San Pedro y San Pablo en el siglo VI.
En el extremo de la colina se erige el templo D, también conocido como templo de Hera o Juno. Se conservan algunas columnas, los restos de un enorme altar expiatorio de piedra y algunos escalones, en cuya mampostería pueden verse los restos de los incendios causados en el 406 a.C., cuando la antigua Akragas fue conquistada y saqueada por los cartagineses.
Cruza la pasarela suspendida que comunica las colinas orientales, con el Templo de Hera, el Templo de la Concordia y el Templo de Heracles, hasta la zona inferior, donde se encuentran el Templo de Júpiter, el Templo de Castor y Pólux y el santuario de las deidades ctónicas, en el lado occidental. A este lado encontrarás los restos de uno de los templos más grandes de la Antigüedad, el Templo de Zeus Olímpico. Se cree que este ambicioso edificio no llegó nunca a completarse y que, posiblemente, su estructura fue dañada por los invasores cartagineses. Sin embargo, podrás ver una recreación del templo a escala en un museo arqueológico cercano.
Dirígete al Jardín de Kolymbethra, situado entre el Templo de Castor y Pólux y el Templo de Vulcano, cuyas antiguas piscinas romanas han sido transformadas en un exuberante paisaje. Tras un largo período de abandono, el Fondo Ambiente Italiano (FAI) ha restaurado el jardín con el objetivo de devolverle su esplendor original. Incluye una amplia variedad de especies florales, como mirtos, lentiscos, genistas, sauces y álamos blancos, antiguas variedades de limoneros, mandarinas y naranjos, arbustos de mora, algarrobos, almendros y antiguos olivos sarracenos.