El Señor ha bendecido a Dresde con una gran cantidad de bellezas naturales y arquitectónicas. Las joyas arquitectónicas barrocas de la ciudad, financiadas con plata de Erzgebirge, son un testimonio de este favor divino. No sólo eso, sino que las colecciones de arte de los Wettin también contribuyen a la riqueza cultural de la ciudad. Al norte, florecen los viñedos, mientras que al sur, un pintoresco paisaje de arenisca se extiende a lo largo del Elba.
El viaje comienza en la región vinícola más septentrional de Alemania, cerca de Meissen, siguiendo el curso del Elba hacia la residencia sajona. Una parada en la moderna ciudad nueva le permitirá refrescarse antes de emprender un tranquilo paseo por el casco antiguo barroco de Dresde. Aquí, quedará cautivado por la arquitectura magistral que sitúa a Dresde entre las ciudades más bellas de Alemania.
Inspirado por el esplendor, su viaje continúa hacia el Palacio de Pillnitz a través del Ciervo Blanco. Si el tiempo lo permite y tiene ganas de más, puede considerar extender su día en la Suiza sajona. Durante su aventura, tendrá muchas oportunidades de disfrutar de degustaciones locales: bocadillos salados, bebidas refrescantes y especialidades regionales.