¡Participe en un recorrido por la ciudad de Noto, cuyo centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2002! Noto es conocida como la Capital del Barroco por su arquitectura, completamente reconstruida después del terremoto de 1693 que destruyó toda la ciudad.
Comience su experiencia desde la catedral de la ciudad. La iglesia se coloca al final de una escalera de tres tramos, lo que mejora aún más su belleza, mientras que la fachada de piedra caliza le da a la estructura un color casi dorado. Acceda a la catedral desde uno de los tres portales y admire los interiores refinados; Además, visitando el Museo de la Catedral, descubrirá la historia del edificio, desde su construcción hasta el terremoto, y también aprenderá sobre la reconstrucción y la vida de los santos, aquí representados a través del arte sacro.
Luego, visite la Iglesia de San Girolamo, que tiene una fachada cóncava. Aquí también, dos campanarios delimitan la entrada que conduce a una escalera justo en frente de Via Nicolaci, desde donde tendrá la mejor vista de la iglesia. La estructura actualmente alberga el Museo de Cofradías, dedicado a las cofradías de la ciudad cuya historia se cuenta a través de todas las exhibiciones en exhibición. Desde la escalera, se puede admirar, cada tercer domingo de mayo, los magníficos mosaicos florales del festival Infiorata.
Su recorrido por Noto continúa con la Iglesia de San Domenico, el edificio que mejor representa el estilo barroco de la ciudad. Su arquitecto decidió incluir todos los elementos típicos del barroco siciliano, haciendo de esta iglesia un tesoro arquitectónico no solo en Noto, sino en toda Sicilia. A mediados del siglo XX, se descubrió una cripta, que aún se puede visitar, dentro de la iglesia; Contiene restos óseos de los frailes y varios frescos que datan del siglo XVII. Estos hallazgos sobrevivieron al terremoto de 1693 junto con la iglesia, que no sufrió ningún daño.
La basílica del Santissimo Salvatore fue construida a partir de 1767 y su fachada tiene un estilo neoclásico. Las decoraciones internas comenzaron en 1794 y representan la transición entre los estilos barroco y neoclásico. Adjunto a la Basílica se encuentra el monasterio benedictino, que albergaba a las hijas de los nobles que tuvieron que convertirse en monjas enclaustradas. A través de ventanas particulares con rejas de hierro forjado, los llamados "celos", las monjas podían ver la vida de la ciudad.
Junto a la Basílica del Santísimo Salvatore, se encuentra el campanario, que se puede subir para admirar el panorama. Antes de llegar, pasarás por el coro, que te permite ver la Basílica desde un punto de vista inusual y único.