El tour se inicia con la visita a la magnífica iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de los Capuchinos. El guía te ofrecerá una introducción a este templo y te llevará a contemplar la obra maestra de Guido Reni, el mismo pintor que creó la obra El arcángel San Miguel en 1635.
Otra de las obras imprescindibles del templo es la elegante y exclusiva pintura de Muziano La estigmatización de San Francisco de Asís, que data del 1570.
La iglesia cuenta con muchas otras pinturas de artistas destacados. En compañía del guía, conocerás las obras más importantes del lugar durante un recorrido fascinante.
Tras finalizar esta parte del tour, visitarás el Museo de los Capuchinos, donde podrás ver cientos de retratos de los monjes que habitaron en el monasterio.
A medida que la luz va desapareciendo, bajarás a la cripta, donde miles de huesos cubren el suelo, el techo y las paredes.
La cripta está situada bajo la iglesia. El cardenal Antonio Barberini, miembro de la orden de los capuchinos, ordenó en 1631 que se exhumaran los restos de miles de frailes para ser trasladados desde el monasterio de la Via dei Lucchesi hasta la cripta. Los huesos se repartieron por las paredes de la cripta y los monjes empezaron a enterrar a sus muertos en el lugar, junto con los restos de la población más pobre de Roma, cuyas tumbas se encontraban bajo la capilla. Antes de retirarse a sus aposentos, los monjes capuchinos acudían a la cripta todas las noches para rezar y meditar.
La cripta, u osario, contiene actualmente los restos de aproximadamente 4.000 monjes enterrados entre 1500 y 1870, período en el que la iglesia católica de Roma permitía el entierro en las iglesias y bajo las mismas. Esta cripta subterránea se divide en 5 capillas, únicamente iluminadas por la luz natural que se cuela entre las rendijas y por pequeñas lámparas fluorescentes. Las paredes de la cripta están decoradas con peculiares motivos de huevos auténticos, lo que convierte a este lugar en una obra de arte muy macabra. Algunos de los esqueletos se han conservado intactos y aparecen vestidos con hábitos de la orden franciscana. Sin embargo, la mayor parte de los restos se ha utilizado para crear intrincados diseños ornamentales.
La cripta se creó en un período en el que el culto a los muertos era algo habitual y creativo. No en vano, muchos maestros espirituales de la época meditaban y rezaban con una calavera en la mano.
En una de las capillas se puede encontrar una placa que reza en 3 idiomas: "Lo que ahora eres, nosotros lo fuimos; lo que somos ahora, tú lo serás". Todo un memento mori, ¿verdad?