Qué hacer en Eindhoven: actividades y visitas guiadas

A unos 100 km de la capital holandesa, al sur del país, se encuentra Eindhoven, la quinta ciudad más grande de los Países Bajos. Fundada en 1232, a lo largo de los ríos Dommel y Gender, lo que era una pequeña localidad creció hasta convertirse en una de las grandes ciudades del país durante la Revolución Industrial, cuando el gigante de la electrónica Philips la llenó de luz. Conocida como la Ciudad de la Luz, gracias a la multinacional consiguió un éxito internacional y fue nombrada por la revista Forbes como la ciudad más innovadora del mundo. En la actualidad, su historia se ve reflejada en la cultura de la ciudad, que atrae a empresarios tecnológicos, diseñadores y artesanos.

La forma más rápida de explorar la ciudad es en bicicleta. Puedes empezar en la Hovenring, una enorme rotonda flotante para ciclistas y peatones, y dirigirte hacia la zona de Evoluon, un antiguo museo de ciencia de los años 60 que parece un ovni. En el barrio de Strijp S verás las antiguas fábricas de Philips transformadas en tiendas de moda, originales restaurantes y hasta una pista de skate, llamada Area 51. Otros sitios que no te puedes perder son la galería de arte MU, el cine Ketelhuis, el centro comercial Urban Shopper, la galería Yksi Expo, Piet Hein Eek y la cervecería Brouwerij het Veem.

En el centro de Eindhoven, encontrarás sus numerosos museos, como el del PSV, el Museo Philips, el Museo DAF y el Van Abbemuseum, el más emblemático. Este último alberga una colección permanente de arte contemporáneo, además de otras exposiciones frecuentes de temática LGBTQ sobre la libertad sexual, la diversidad y las políticas de género.

Al caer la noche, te recomendamos que sigas la ruta ciclista Van Gogh-Roosegaarde, que conecta la capital del diseño con Nuenen, el pueblo donde vivió Van Gogh. Pedalea por miles de adoquines centelleantes, inspirados en la obra del artista, Noche estrellada, que iluminarán el camino en la oscuridad. Para aprender más sobre la persona de Van Gogh, visita el museo Vincentre, y luego continúa admirando los muchos objetos y lugares que pintó el artista, también en Nuenen.